SIETE COMIDAS PARA CHUPARSE LOS DEDOS EN MONTREAL
Por Isa Tousignant
La reputación de la gastronomía de Montreal es indiscutible. Con el mayor número de restaurantes por persona en Norteamérica (¡en los sectores turísticos hay en promedio de 92.8 restaurantes por kilómetro cuadrado!), es difícil saber qué puerta abrir. Si sus días en la ciudad están contados, saque su cartera e invierta en una de estas siete comidas que le garantizan una fantástica experiencia culinaria. Y no olvide reservar… ¡desde ahora!
Vaya a la segura con la fusión
Ubicado en el centelleante Casino de Montreal, L’Atelier de Joël Robuchon Casino de Montréal es ir a lo seguro si le gusta la gastronomía de fusión que mezcla sabores asiáticos y franceses, presentada con estilo e ingenio. Los magníficos platillos son un espectáculo para la vista, así como el comedor a media luz, decorado en negro y rojo. El menú Expérience, una carta de ocho tiempos según la estación, le propone un viaje que nunca olvidará. ¿El destino? El éxtasis. Entre el risotto al miso y los callos de hacha al jengibre servidos con puré de lechuga, la experiencia culinaria es única. No se puede perder los raviolis de langostino, rellenos de paté de foie gras y de mousse de mantequilla forman parte de los platillos indispensables. Joël Robuchon creó este platillo en 1984 y desde entonces lo ofrece en el menú de todos sus restaurantes.
Festín de carne
Una comida en Au Pied de Cochon, situado en la bella calle Duluth, es como una versión refinada de un festín gigantesco de los chicos de Epic Meal (no nos sorprende que nos digan que también ellos sean de Montreal). El chef Martin Picard hizo famosa la cocina montrealense en todo el mundo. Sus platillos emblemáticos incluyen la poutine al foie gras (las papas se cuecen con grasa de pato), el cerdo asado entero servido con langosta y el pato en conserva (la carne de un pato entero servida en una conserva con salsa). Saldrá del restaurante con una sonrisa en los labios… y los pantalones un poco más apretados que cuando llegó.
Mmm minimalismo
El chef John Winter Russell abrió Candide, un restaurante único instalado dentro del antiguo presbiterio de la iglesia de San José, en el sector Petite-Bourgogne. El apasionado chef quería que la gente probara su visón creativa de la gastronomía. La pequeña carta cambia según los productos disponibles. La recomendación es el menú de degustación de cuatro tiempos que rinde homenaje a la originalidad y a la frescura. También puede solicitar a su mesero la opción de platillos y vinos para vivir una experiencia aún más inolvidable. Las mezclas de sabores son únicas (calabacitas y huevos de langosta, fresa y elote) y hacen la comida aún más deliciosa.
Langosta y tradiciones
Situado en la Petite-Bourgogne, Joe Beef es un pilar de la restauración montrealense. Este restaurante fue fundado por David McMillan y Fred Morin, los genios creativos detrás del menú evolutivo plasmado en el pizarrón. El dúo es conocido por sus croquetas de carne ahumada, su jamón casero a las trufas, sus filetes de caballo y su espagueti con langosta. Los dos chefs participan en todas las etapas de la preparación, asumiendo con seriedad su papel de anfitriones. No planee nada después de la comida que no sea un paseo a lo largo del canal de Lachine, que está muy cerca, porque no querrá irse de este lugar tan acogedor, cuya decoración consiste en sillas retro de madera, bancas de cuero y… una eterna alegría de vivir.
Pasión a la leña
El restaurante Hoogan et Beaufort del chef Marc-André Jetté, situado en las tiendas Shops Angus, en el sector de Rosemont, es tal vez el primer establecimiento de gran categoría en la ciudad que se aventuró en la moda de la cocción en horno de leña. La sala color crema con techos altos está repleta de energía y el olor a carbón le da un toque particular al lugar. La cocción es sutil: la idea es caramelizar y no carbonizar. Consiéntase con un menú de degustación de cinco tiempos y pruebe los platos emblemáticos como el pulpo, servido a la perfección con papas ratte, aceitunas y yogurt con pimientos morrones asados. El menú propone igualmente el tataki de ciervo, con cebollas asadas y el agnolotti, servido con zanahorias marinadas, piñones y coppa en un delicioso caldo yuzu.
El refinamiento al máximo
El rey indiscutible de la fina cocina regional, Normand Laprise, abrió el Restaurante Toqué! hace algunos años con el propósito de presentar su estilo culinario único y nuevo. Su cocina, que se destaca por su toque molecular, es reconocida por sus pequeñas porciones con delicados detalles y por la ocasional presencia de espuma. El chef Laprise transforma en el plato, como por acto de magia, los alimentos más simples, como el tomate (en presentaciones de jalea hasta coulis) y los arándanos salvajes. Las proteínas también se procesan meticulosamente. De hecho, la delicadeza es el sello del chef, ya sea que sirva cachete de cerdo o navajas de mar. Elija el menu de degustación de siete tiempos y deje que los sabores cosquilleen en su paladar.
Platillos originales para compartir
La decoración ecléctica del Restaurante Montréal Plaza, el bebé de los chefs Charles-Antoine Crête y Cheryl Johnson, consiste en objetos curiosos, como una casa de muñecas que sirve de lámpara y terrarios gigantes. Sin embargo, es en los platillos donde se siente más la creatividad. El menú de degustación permite compartir diferentes platillos pequeños. El menu incluye buccinos gratinados con mantequilla de miso, ostiones gigantes de Columbia Británica rellenos de brócoli y salsa Mornay, confit de mollejas y corazón de pato, calamar salteado y maíz reventado a la naranja. ¿Ven a que me refiero? ¡Láncese a la aventura sin pensarlo!
Isa Tousignant, bloguera
Isa Tousignant es una periodista de arte y estilo de vida que reside en el sector multicultural de Parc Extension en Montreal. Es editora colaboradora de la revista Canadian Art y escritora independiente para diversas revistas y marcas. Además, es diseñadora de joyas y se apasiona por la ropa inspirada en animales y el papel que desempeñan en el arte contemporáneo.