DESCUBRA LOS SÍMBOLOS MÁS CÉLEBRES DE MONTREAL

Por Richard Burnett

Este artículo fue actualizado el 23 de marzo 2023.

Montreal es una metrópoli repleta de símbolos arquitectónicos: desde la cruz que se clavó en el monte Royal siete meses después de que el explorador francés Paul Chomedey, Señor de Maisonneuve, fundara la ciudad en mayo de 1642, hasta los rascacielos del siglo XXI que se extienden hasta las nubes. Los siguientes lugares representan algunas de las joyas e hitos arquitectónicos de Montreal.

 

La Gran Dama del Viejo Montreal 

Dos de los más grandes cantantes del planeta llenaron el pasillo central de la basilique Notre-Dame de Montreal: la súper estrella de ópera Luciano Pavarotti, quien se presentó en un concierto de Navidad en 1978, y Céline Dion, quien se casó ahí mismo con René Angélil en 1994. Con sus dos torres que terminan en flecha, Notre-Dame es un ejemplo extraordinario del estilo neogótico. Su interior colorido está repleto de cientos de piezas de madera tallada y de estatuas religiosas, y alberga un órgano Casavant Frères que data de 1891. El edificio fue diseñado por el arquitecto irlandoamericano James O’Donnell, quien fue la única persona enterrada en la cripta de la iglesia, y se construyó entre 1824 y 1829. O’Donnell estaría sin duda encantado de saber que su obra maestra fue nombrada sitio histórico nacional en 1989 y que sigue siendo muy popular entre la gente de Montreal y los turistas, quienes pueden disfrutar en su interior de conciertos clásicos durante todo el año.

 

La torre del Reloj del Viejo Puerto

¡Buque a la vista! La tour de l’Horloge recibe a los marinos y a los turistas en el Viejo Puerto desde hace cerca de un siglo. Construida sobre el muelle Victoria entre 1919 y 1922 para rendir homenaje a los marinos canadienses fallecidos durante la Primera Guerra Mundial, la torre de 45 metros, ornada con elementos decorativos de las Bellas Artes y de elementos conmemorativos, cuenta con una réplica del reloj Big Ben de Londres diseñado por la compañía Gillett and Johnston. También llamada Sailors’ Memorial Clock, la torre fue nombrada sitio histórico nacional en 2009. En el verano, los visitantes pueden subir sus 192 escalones hasta la cima y disfrutar de las vistas del Viejo Montreal y del río San Lorenzo.

 

Farine Five Roses

En una ciudad en la que los croissants, las baguettes y los bagels son los protagonistas, no es de extrañar que la icónica luz neón de la compañía Farine Five Roses sea un hito que brinda tranquilidad en el panorama de Montreal desde 1948. En un principio, el letrero decía “FARINE OGILVIE FLOUR”, antes de convertirse en “FARINE FIVE ROSES FLOUR” en 1954. La palabra “FLOUR” se retiró del letrero luminoso en 1977. En 1993, la compañía fue comprada por Archer Daniels Midland Company (ADM) que, a pesar de que su rival J.M. Smucker adquirió Five Roses en 2006, gastó un millón de dólares en restaurar y mantener con vida el letrero de neón más famoso de Montreal. Cada letra mide aproximadamente 4.5 metros de alto y se puede leer por ambos lados. De este modo el letrero se puede fotografiar desde diferentes ángulos.

 

El domo geodésico

Desde lejos, ¡el dôme géodésique de la isla Santa Helena parece la jaula de changos más grande jamás construida! Es la estructura más reconocible de la Exposición Universal de 1967 de Montreal, una exposición internacional de primera clase mejor conocida como Expo 67. Construido para resguardar el pabellón de Estados Unidos, el diseño del domo es obra de Buckminster Fuller. Un monorriel entraba y salía de la construcción de 76 metros de diámetro durante la exposición. La burbuja de acrílico transparente que lo recubría se quemó en 1976, pero la estructura de acero resistió y se transformó en 1995 en la Biosphère, un museo interactivo sobre el medio ambiente abierto durante todo el año.

 

El Casino de Montreal

El Casino de Montreal ofrece suntuosidad, glamur y juegos de nivel internacional las 24 horas del día, los 365 días del año desde 1993. El casino se encuentra dentro de la joya arquitectónica que solía ser el pabellón francés durante la Expo 67. Nota para aquellos en búsqueda de una salida divertida: el Casino de Montreal, donde se puede jugar de todo, desde bacará hasta blackjack, pasando por los dados y la ruleta, cuenta con unas 3,000 máquinas tragamonedas, varios bares, áreas tipo lounge y restaurantes, incluyendo L’Atelier de Joël Robuchon, el primer establecimiento canadiense del aclamado chef francés Joël Robuchon. Finalmente, el escenario del magnífico Cabaret del Casino ha recibido, a lo largo de los años, a grandes artistas de renombre como Liza Minnelli y el imitador André-Philippe Gagnon.

 

El faro giratorio de la Plaza Ville-Marie

Los cuatro haces luminosos del faro giratorio del Banco Real de Canadá ubicado en la cima de otro símbolo montrealense, la Plaza Ville Marie, se pueden apreciar dentro de un radio de 160 kilómetros. De hecho, el Banco recibió una carta de agradecimiento de un piloto perdido que pudo retomar su camino gracias al faro. El fanal, que barre la ciudad con su luz reconfortante, ha sido admirado por millones de personas desde su instalación en 1962. Por su parte, el edificio cruciforme de 47 pisos toma su nombre de la antigua colonia católica de Ville-Marie, fundada en 1642, que más tarde se convertiría en Montreal. Hoy, la Plaza Ville Marie sobresale del distrito que lleva el mismo nombre y su faro giratorio continúa rotando los 365 días del año.

 

El edificio más alto de Montreal

La ciudad de Montreal está obsesionada con su equipo de la Liga Nacional de Hockey, los Canadiens y con los dioses del hockey de la Sainte-Flanelle, como llaman también al equipo. Por lo tanto, se pueden encontrar ahí hombres y mujeres deslizándose apasionadamente en patines sobre una pista interior única instalada en la planta baja del Atrium Le 1000. El 1000 de la Gauchetière, un rascacielos de 51 pisos de arquitectura moderna, no sólo es el edificio más alto de la ciudad, sino que también cuenta con una pista de hielo que atrae a miles de adeptos a la hora del almuerzo y muchos más visitantes pequeños y grandes durante todo el año. ¡Hasta el patinador artístico olímpico Johnny Weir hizo algunas piruetas ahí!

 

El Estadio Olímpico

Los visitantes afirman que, de lejos, el Estado Olímpico de Montreal parece un insecto gigante con antenas. Diseñado por el arquitecto francés Roger Taillibert y llamado el “Big O” por su estructura en forma de dona, el estadio cuenta con la torre inclinada más alta del planeta, la cual llega a los 175 metros. Unos 70 millones de personas han visitado el estadio desde los Juegos Olímpicos de verano de 1976. Otros eventos de gran importancia han tenido lugar en el estadio, como el campeonato de peso wélter del Consejo Mundial de Boxeo (WBC) en 1980, durante el cual Roberto Durán derrotó a Sugar Ray Leonard, y el concierto de Pink Floyd que, el 6 de julio de 1977, atrajo la mayor audiencia al Big O: 78,322 personas. Fue en ese preciso momento que surgió en la mente del líder del grupo, Roger Waters, la idea de la obra maestra de 1979, The Wall. Durante el concierto, Waters escupió sobre un fan y más tarde explicó su gesto: “Estaba tratando de tocar y varias personas, con todo respeto por los montrealenses, estaban completamente borrachas y no estaban poniendo atención a lo que estaba pasando en el escenario. Como respuesta, creé un espectáculo en el que se erige un gran muro entre mí y la multitud con la que intento comunicarme”. Para apreciar algunas de las vistas más bellas de Montreal, se debe visitar el observatorio situado en la cima de la Torre de Montreal. Generalmente está abierto todo el año, pero por el momento se encuentra en proceso de remodelación.

 

Milagros sobre la Montaña

El majestuoso oratoire Saint-Joseph, instalado sobre el monte Royal, contiene cientos de muletas de los bienaventurados sanados por San Andrés de Montreal, conocido simplemente como hermano Andrés. El hombre comenzó la construcción de esta joya nacional en 1924, en honor de San José, padre de Jesús. Reconocido por sus dones de sanación, el hermano Andrés ha recibido crédito por miles de milagros de este tipo. El oratorio, sitio histórico nacional de Canadá, recibe cada año a más de dos millones de personas, incluyendo peregrinos que rezan mientras suben arrodillados los escalones de madera que los dirigen desde la calle hasta la cripta de la iglesia. El exterior de la basílica católica adopta el estilo del Renacimiento italiano. Su estructura cuenta con columnas de estilo corintio, su cúpula es la tercera más grande del mundo (después de la basílica de Nuestra Señor de la Paz de Yamoussoukro, en Costa de Marfil y la basílica de San Pedro de Roma) y es el punto más alto de Montreal. En el interior de la basílica descansa el cadáver del hermano Andrés, quién fue canonizado en 2010 por el Vaticano.

 

La cruz del monte Royal

Sin duda, el explorador Paul de Chomedey, Señor de Maisonneuve y cofundador de Montreal, estaba lejos de imaginar que la cruz que enterraría en la cima del monte Royal se convertiría en uno de los símbolos más importantes de la ciudad. En un principio, se erigió una cruz de madera, el 6 de enero de 1643, para agradecer a Dios por haber mantenido a salvo la pequeña colonia de Ville-Marie durante las inundaciones provocadas por las crecidas. En 1924, la Sociedad Saint-Jean Baptiste instaló la actual cruz de acero y en 2009, se diseñó una iluminación tipo LED para que la cruz pudiera brillar con todos los colores.

 

El puente Jacques-Cartier

El pont Jacques-Cartier fue nombrado así en honor del explorador francés que descubrió Canadá en 1534. El puente se encuentra en el lugar exacto al que Cartier llegó en el pueblo iroqués de Hochelaga el 2 de octubre de 1535. Desde que se abrió a la circulación, el 14 de mayo de 1930, el puente Jacques-Cartier es el tercero más utilizado del país, con 43 millones de vehículos que lo atraviesan cada año. Además, si conduce sobre el puente voladizo hecho de 33,267 toneladas de acero, comprenderá por qué la Société canadienne de génie civil lo reconoció como sitio histórico nacional de ingeniería civil.

Asimismo, algunas personas creen que los cuatro frontones que parecen pequeñas torres Eiffel y que adornan el puente fueron un regalo de Francia en la inauguración del puente, pero no es más que una leyenda urbana. En 2017, para celebrar el 150º aniversario de Canadá y el 375º aniversario de Montreal, Jacques-Cartier se engalanó con un sistema de iluminación sofisticado que cambia dependiendo de la temporada gracias a un calendario cromático de 365 colores.

 

Gibeau Orange Julep

Generaciones de montrealenses recuerdan las hamburguesas, papas fritas y poutine que servían las meseras en patines del famoso restaurante Gibeau Orange Julep, ubicado en la orilla de la autopista Décarie. Las patinadoras desaparecieron en 2005, pero el restaurante fundado por Hermas Gibeau en 1966 para vender su bebida espumosa y cremosa de naranja (la receta familiar sigue siendo un secreto hoy en día) es más popular que nunca. De hecho, el edificio naranja de tres pisos se ha vuelto tan conocido como el jugo que sirven en él. Si tiene oportunidad, vaya a Gibeau Orange Julep un miércoles por la noche, entre mayo y septiembre, cuando el estacionamiento del legendario establecimiento se transforma en lugar de reunión de los amantes de coches antiguos. El restaurante también aparece en el  video  de la canción Where Do the Boys Go? del grupo new-wave de los 80 Men Without Hats.

 

Habitat 67

El renombrado arquitecto israelocanadiense Moshe Safdie quería “reinventar los edificios residenciales” cuando creó Habitat 67, que parece estar construido con bloques gigantes de madera. Originalmente diseñado como un pabellón de la Expo 67, la construcción fue aclamada internacionalmente por su diseño vanguardista. Su arquitecto lo veía como un complejo comunitario residencial. Habitat 67 está compuesto de 354 piezas de concreto prefabricadas e idénticas que, una vez ensambladas, dan como resultado 158 departamentos de diferentes tamaños y configuraciones. El lugar sigue siendo un símbolo de la utopía de los años 60 y se celebró su 50º aniversario en 2017 con la impresión de un timbre postal de Postes Canada, entre otros festejos.

 

La botella de leche Guaranteed Pure Milk

Los montrealenses se entristecieron de ver la famosa botella de leche gigante caer en la decrepitud a fines del siglo XX. El símbolo, que de hecho es un depósito de agua, fue construido por la Dominion Bridge Co. sobre el techo de la lechería Guaranteed Pure Milk, en 1930. Este depósito fue utilizado hasta los años 70. Cuando la botella gigante (que mide 10 metros de alto, pesa seis toneladas y puede contener 250,000 litros de agua) empezó a mostrar señales de envejecimiento, en 2009; la organización Héritage Montreal lanzó una campaña para salvarla. Hoy, la botella de leche sigue ocupando su lugar de honor sobre la antigua planta de pasteurización ubicada en el 1025 de la calle Lucien-L’Allier, en el corazón del centro histórico. ¡Nos recuerda todos los días que beber leche es bueno para la salud!

 

El Mercado Bonsecours y su cúpula

La cúpula plateada y reluciente del Marché Bonsecours que ilumina el paisaje de Montreal figura en la lista de las musas de los turistas fotógrafos. A primera vista, muchos creen que es una iglesia, pero es un mercado de productores que abrió sus puertas a mediados del siglo XIX. Inaugurado en 1847, el edificio monumental se extiende sobre toda una cuadra del Viejo Montreal y, pequeño secreto, fue construido sobre las ruinas del Théâtre Royal en el que Charles Dickens y su compañía de teatro presentaron un espectáculo el 28 de mayo de 1842. El Mercado Bonsecours se encuentra en el corazón de la historia de Montreal, ya que albergó el ayuntamiento durante un cuarto de siglo, de 1852 a 1878 y la Asamblea legislativa de la provincia de Canadá en 1849, luego de que los amotinadores anti-unionistas quemaran el edificio del mercado Saint-Anne que albergaba el Parlamento, el 25 de abril de 1849. Actualmente, el edificio cuenta con restaurantes, terrazas y tiendas en las que predominan la ropa, joyas y otros objetos decorativos de artesanos y diseñadores montrealenses.

 

Richard Burnett

Richard Burnett, bloguero

Richard “Bugs” Burnett es un autor, redactor, periodista, bloguero y cronista canadiense. Escribe tanto para periódicos independientes como para publicaciones destinadas al público en general y la comunidad LGBTQ. Además, Bugs conoce Montreal como un drag queen conoce los productos de belleza.